jueves, 22 de octubre de 2015

La raíz

Se me viene la muerte a la existencia
si me hago pensar sobre la vida,
ya no importan quimeras ni logros.

Bajo mis plantas recorre la pradera
una raíz hedonista que mana
leche abierta en caño.

Bebe mi sed voraz,
fuente de satisfacción,
si sobre la vida me hago pensar.

Bebe, pero no sé. ¿Será bastante?
Y se me viene la muerte:
una foto, veinte años atrás.

Mi sonrisa que miente
al miedo, al abandono, con ganas.
La muerte tal vez sí me será fiel.

Comprometo ser feliz en tanto,
dar coletazos, beber esa leche.
Vivo ternero, cuánta pradera por pensar aún.

lunes, 12 de octubre de 2015

Rafael Juárez

Pasado mañana, ya casi mañana, ha sido martes todo el día.
Pablo Jauralde, poeta, ha presentado al poeta Rafael Juárez.
Rafael Juárez presenta una antología que, según ha dicho Jauralde, se regocija en lo lírico, a menudo en lo leve, en lo paisajístico, en una factura clásica pero actualizada, en la controlada inspiración.
Rafael Juárez escribe muchas veces caminando (cosa con la que me identifico.)
Rafael Juárez iba caminando cuando se le vino a la lengua un poema. Como estaba avisado, Rafael Juárez sacó libreta y boli y comenzó a anotar.
Cuando dejó de anotar, se dio cuenta de que era martes y tenía que estar en la librería, junto a Pablo Jauralde, presentando su libro, el libro de Pablo.
Pero estas cosas son así; hay poetas que algunas veces no llegan a sus citas con el presente.
Hace tres años, Pablo me regaló un libro, "China destruida (y otras flautas, dulces y traveseras)".
Varias veces pensé en dedicarle alguna entrada en este blog, pero se me fue haciendo tarde.
Pablo Jauralde es un hombre de ancho conocimiento poético, desde el oro al estaño, desde la plata al bronce.
Y de amplia cultura humanista, seguro que su presentación ha sido jugosa.
O Rafael Juárez habrá seguido camina que camina y el tiempo pasaba.
Cuando mañana sea miércoles, este aviso, inacabado y vacío, permanecerá sin remodelación.
Pero he tomado una cerveza más.
O mi libertad ha engordado otro kilo.
Pasado mañana. No lo olviden!
 
          La ardua norma de no observar ninguna
          me tiene, la verdad, acorralado,
          por todos lados libertad me ronda
          pidiéndome que cumpla sus dictados;
          
          irrito a los bedeles y colegas,
          me acosan sin cesar guardias jurados,
          asusto jovencitas en el metro,
          persigo nobles damas en serrano,
          
          por delante de hm voy en ropa,
          llevo piercings en todos los sobacos,
          dejaron de llamarme ya hace mucho
          a fiestas culturales de palacio...
          
          ¡Qué duro, libertad todos los días,
          nunca creí que me ocupara tanto!

(De Pablo Jauralde, en "China destruida (y otras flautas, dulces y traveseras)", Calambur, 2012)