miércoles, 11 de julio de 2012

Regreso

Necesitando siempre la belleza del cielo,
la belleza del mar y la belleza humana,
marcho plácidamente por una senda plana
adyacente a una vía rápida, de desvelos
que regresan a casa
acelerados y ásperos, dirigidos al celo
de la casa, los vídeos, el descanso, la llana
complacencia adquirida con la comprita enana
de algún preciado, siempre inesperado, anhelo
que embellezca la casa.

Necesitando siempre la belleza del cielo,
la belleza del mar y la belleza humana,
marcho plácidamente por una senda plana
que me conduce a casa.

Hoy no voy a enredarme, con compras ni con vanas
divagaciones métricas, esdrújulas o llanas;
hoy voy, plácidamente, a tu vientre y tu pelo,
la puerta de mi casa.

[Por más que lo pienso, no logro saber el objetivo final de mi blog; son muchos seguramente, y se cruzan entre sí de forma que me vuelvo loco. El caso es que voy mezclando poemas viejos con otros muy nuevos, pruebo, miro a ver qué me dicen ustedes. Este que planto aquí hoy es viejo, como aquel de la risa necia. A ver qué les parece mi mal soneto en alejandrinos con muchas codas y gerundios abundantes. Quizá fue un poco por excederme de las formas...]

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